jueves, 30 de diciembre de 2010

El Cálculo Dental

  Culpable de estropear la belleza de cualquier sonrisa, el cálculo dental, sarro o como se le conoce popularmente "piedra", es una masa calcificada que se forma sobre los dientes e incluso sobre las prótesis dentales.  Posee un color que puede ir de blanco amarillento a grisáceo, presentándose en algunos casos teñido de un color más intenso por hábitos, como el cigarrillo o el café  y es precisamente su color el causante del desagradable efecto estético que produce.  Incluso los sabios del imperio romano, llegaron al extremo de recomendar a las personas con abundante cálculo dental, evitar en lo posible de sonreír, por lo poco favorecidas que resultaban.

  La diferencia entre el cálculo y la placa dental, es que esta última es una película bacteriana que se adhiere a los dientes, removida fácilmente a través de un correcto cepillado  y su composición es de un 80 % de contenido orgánico y 20 % de contenido inorgánico.  En cambio, el cálculo dental tiene una composición inversa a la placa dental, posee un 20 % de contenido orgánico (agua, bacterias, y células descamadas de la cavidad oral, entre otros) y un 80 % de contenido inorgánico (principalmente carbonato de calcio y fosfato de calcio) y su remoción no es tan sencilla.

  El cálculo, esa masa calcificada que se localiza en los dientes, es la placa dental que presenta un proceso de mineralización, es decir, sobre la placa dental empiezan a precipitarse sales minerales que con el paso de los días la transforman en una estructura dura y rugosa, visible a simple vista.

  La importancia de controlar el cálculo dental reside en que a parte de lo desagradable que resulta su aspecto, su superficie rugosa  hace que sea propicia la formación de placa dental, que puede complicar aún más la enfermedad periodontal que está instaurada.

  La presencia del cálculo, usted mismo la puede detectar, a parte de las manchas que se observan a simple vista en sus dientes, también puede sentir la superficie de sus dientes áspera por la presencia del mismo.  Es en este momento que se hace necesaria la visita a su Odontólogo, para realizarle una limpieza dental.

  Dependiendo donde se ubique el cálculo, tenemos que se clasifica en: cálculo supragingival y cálculo subgingival.

  Se habla de cálculo supragingival, a aquel que se forma sobre la porción coronal del diente, fácilmente visible, de color blanco amarillento, de consistencia arcillosa y su remoción por parte del Odontólogo, resulta buena usando el instrumental ideado para tal fin; más su recurrencia es rápida.

  El cálculo subgingival, es aquel que se forma sobre la superficie del diente que está cubierta por la encía libre, su detección la realiza el Odontólogo, y este cálculo presenta un color entre gris y verde parduzco, su consistencia es pétrea, por lo que se hace más laboriosa su remoción, siendo su recurrencia lenta, en comparación con la del cálculo supragingival.

  A la larga el más perjudicial resulta ser el cálculo subgingival, que por su presencia desencadena la llamada enfermedad periodontal conllevando a la progresiva pérdida del hueso de soporte del diente y que de no tratarse a tiempo se puede, incluso, llegar a perder el diente afectado.

  Se sabe que el cálculo aparece desde la adolescencia y aumenta con la edad, por lo tanto a mayor edad mayor es la probabilidad de formación de cálculo, siendo así mayor el riesgo de padecer la enfermedad periodontal.

  Es importante que usted sepa que las pastas dentales no eliminan el cálculo dental, estas solo ayudan a evitar su formación una vez que ha sido eliminado y siempre que usted tenga dominio de una correcta técnica de cepillado.

  Si quiere lucir una hermosa sonrisa, sin ningún tipo de manchas que afeén sus dientes, la mejor manera de hacerlo es manteniendo una buena higiene oral, eliminando periódicamente el cálculo que se forma sobre sus dientes, y de esta manera se estará evitando males mayores, como la aparición de la enfermedad periodontal y logrará  preservar la integridad de sus dientes.

martes, 21 de diciembre de 2010

Todo lo que necesita saber sobre la Placa Dental

    La Placa Dental, nombrada constantemente en los comerciales de pastas dentales y enjuagues bucales en las cuales se nos hace un gran énfasis en la importancia de controlarla por lo dañina que resulta, no es un residuo alimenticio que queda sobre nuestros dientes, sino una película gelatinosa que se adhiere firmemente a estos y a las encías.  Para su mejor visualización, los Odontólogos utilizamos las llamadas sustancias detectoras de Placa Dental, pero usted, en su propia casa puede observar la cantidad de Placa Dental que alberga en su boca y esto se logra con la utilización de los colorantes artificiales para cocina, que luego de ser aplicados sobre sus dientes y colocarse frente al espejo, observará como sobre estos hay zonas más intensamente coloreadas que otras, correspondiéndose éstas a la Placa Dental.  Mientras mayor acumulo de placa posea, mayor será su tendencia a formar caries, cálculo dental, o inflamación de las encías, siendo cualquiera de ellas dañinas para su salud bucal.

    La Placa Dental está compuesta en un 80 %  por agua y en un 20 % por colonias de bacterias y residuos alimenticios.  Esta es variable según cada boca, diente y superficie de diente en que se encuentre y se forma en presencia o ausencia de ingesta de alimentos.  Las bacterias que la conforman son habitantes normales de la boca, las cuales aprovechan cualquier cambio que haya en la misma, en su favor para aumentar su número.

    La formación de la Placa Dental ocurre a las pocas horas de ser removida, sea por el cepillado dental o por procedimiento odontológico.  Al principio posee una estructura sencilla que a medida va pasando por las diferentes fases de su formación, a esta se le adhieren nuevos microorganismos construyéndose así las colonias de bacterias que la van poblando, favoreciendo la multiplicación de los mismos y el crecimiento de la Placa Dental.  Este crecimiento ocurre mayormente en la noche, debido a que en el día la lengua se mantiene en constante movimiento y por ende hay más salivación que en la noche, llevando esto a alterar su formación.  Se acelera su crecimiento, al comer azúcares; debido a que al desdoblarse el azúcar en la boca, sus productos van a favorecer la adhesión de nuevos microorganismos.  Además, la consistencia del tipo de alimentos que ingerimos afecta a su velocidad de crecimiento y así tenemos que con dietas blandas y alimentos pastosos, se forma con mayor velocidad que con una dieta a base de alimentos duros.

    La Placa Dental tiende a formarse con más frecuencia en las caras oclusales de los dientes  (cara horizontal de los dientes posteriores) y en la zona entre la unión del diente y la encía.  Según su ubicación dependerá el efecto que cause y así tenemos, que cuando se encuentra en contacto con la encía, su presencia y los productos de sus microorganismos causan irritación, que al no ser eliminada conlleva a la inflamación de la misma, denominándose esta enfermedad como Gingivitis.  De igual manera, puede llegar a formarse el cálculo mediante la calcificación de la Placa Dental.  Y en las caras oclusales, por los ácidos que producen los microorganismos de la misma, van a propiciar la formación de caries dental.

    Después de haber adquirido una noción elemental sobre la Placa Dental, usted se preguntará  ¿cuál es la manera correcta de evitarla?  Pues bien, los Odontólogos podemos ayudar a su eliminación mediante un procedimiento de profilaxis, realizado con sustancias abrasivas específicas, pero como se dijo anteriormente a las pocas horas vuelve a formarse, por lo que la mejor manera de controlarla es a través de un correcto cepillado de los dientes, por lo menos tres veces al día y después de cada comida, para poder así tener una mejor salud oral libre de caries, cálculo y gingivitis.

    La salud oral se mantiene cuando el equilibrio entre la resistencia del individuo y la virulencia de los microorganismos de la cavidad bucal, esté a favor del individuo y para romper con este equilibrio, los microorganismos se han de valer de muchas estrategias para contrarrestar las defensas de nuestro organismo, por lo que debemos estar en una constante "guerra" contra estos evitando que aumenten su número y puedan causar daño.